Viajando con Ratatouille...

Pulhapanzak
Pulhapanzak

Despertar rodeado de árboles, frescos y sobre todo sin mosquitos hace que comiences el día bastante animado. Después de hacer una hora de ejercicio, pagamos la entrada al parque y fuimos a una pulpería (así les llaman a las tiendas) a comprar algo para desayunar. En el camino se me antojaron unos chicharrones que teníamos y cual fue mi sorpresa cuando vi parte de la bolsa roída. Empecé a pensar en los ruiditos que Andrea había escuchado en Tela y en la idea de que tuviéramos un pequeño invitado en la Zaigua.

Cuando regresamos a las cataratas para desayunar, revisamos una bolsa que tenía papitas y pan y efectivamente esas bolsas también estaban roídas, ya era un hecho, Mickey Mouse se había venido de vacaciones con nosotros.

Desayunamos pensando en como solucionar el problema y la única opción era sacar todas las cosas de la Zaigua y tratar de encontrar al ratón. Así perdimos toda la mañana, parecía que estábamos de mudanza, nos tocó mover prácticamente todo hasta que al fin encontramos al ratón y se fue a vivir su vida en la montaña (saltó de la Zaigua y vimos como se alejaba en dirección a la cascada). Tuvimos que volver a ponerlo todo en su lugar y aprovechamos para hacer remodelaciones en la casa, no hay mal que por bien no venga.

Al terminar nuestra tarea de exterminación de roedores fuimos hacía la cascada para verla ahora de día. La cascada dePulhazanzac tiene 45 metros de alto y está considera como la novena maravilla de Honduras. Nos hubiera gustado darnos un baño, pero hacía un par de días que había venido una crecida bastante grande y la zona habilitada para el baño estaba un poco sucia por el lodo y además el río traía un poco de corriente. Hacia calor y teníamos ganas de nadar un rato por lo que decidimos buscar otro lugar para refrescarnos. Estuvimos indagando en varios balnearios, pero algunos estaban cerrados y otros no nos parecían adecuados. Poco a poco sin darnos cuenta fuimos avanzando hasta que llegamos al lago de Yojoa. Esa zona nos gustaba y decidimos probar suerte en un camino que anunciaba unas cabañas ecológicas. Continuando el camino llegamos hasta un canal que conectaba con el lago y unos 200 metros antes estaban las cabañas. Luis, el dueño, salió a recibirnos y le explicamos que estábamos buscando un lugar donde pasar la noche y le preguntamos si nos podíamos quedar estacionados en su propiedad. No puso ninguna objeción ni tampoco nos quiso poner un precio, solo que le diéramos lo que consideráramos apropiado.

Luis nos invitó a que diéramos un paseo por su propiedad y subir a una de las pirámides (eso parece) Lenca que se encuentra dentro de su terreno. Sin dudarlo nos cambiamos de ropa (también les gustamos a los mosquitos de aquí) y nos fuimos con él. Al llegar a la cima de un pequeño cerro, Luis nos explicó que debajo estaba la pirámide más grande de la zona (incluso de la zona arqueológica del Naranjo que está a unos 500 metros), ya se habían hecho los estudios pertinentes y se había constatado que ahí debajo se encontraba la construcción, ahora solo faltaban fondos para poder escavar. Su terreno está lleno de árboles y él cultiva café, plátanos y licha/rambután principalmente. De regreso nos presentó a su familia que estaba envasando tajada (plátano frito en rodajas con diferente saborizante que se vende como botana) y también vimos su pequeño museo, algunas piezas que había encontrado en su propiedad y otras que había comprado o le habían regalado. Estuvimos charlando un rato y quedamos en vernos en la noche para seguir con la conversación, centrada especialmente en el turismo ya que Luis está trabajando en la cámara de turismo de la región.

El lugar donde nos quedamos es precioso, el terreno consta de dos cabañas de madera rodeadas de platanales y árboles frutales que dan toronja. Andrea no pudo resistir la tentación y se transformó en Jane para arrancar un par de plátanos. Luis también tiene kayaks y bicicletas para explorar los alrededores por agua o tierra, todo está planeado para pasar unos días de relax en plena naturaleza.

Después de cenar regresamos a la casa de Luis y allí estuvimos platicando sobre como se podría  potenciar el turismo en la zona. También él y su esposa nos contaron sus experiencias trabajando en los EEUU, ya que durante varias temporadas habían trabajado en estaciones de skien Colorado, pero  con el gobierno de Obama ya no habían podido volver a laborar allí.

Sin darnos cuenta se nos hizo tarde y el cansancio comenzó a aparecer. Nos despedimos de Luis y su esposa sin saber que haríamos al día siguiente ya que ambos nos habían invitado a que pasáramos un par de días más con ellos y nosotros nos sentimos bastante confortables en el lugar.

David

 

 

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Comentarios: 2
  • #1

    Raquel Venzor (sábado, 15 septiembre 2012 21:00)

    que horrooor una rata!!!! ayyy niñoos! espero les vaya bien con esas compañias de viaje

  • #2

    roberto armendariz (domingo, 16 septiembre 2012 12:53)

    ya es tiempo de hacer una limpieza general a la zaigua no creen, je je je

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