Dejando atrás el pasado, trabajando en el futuro y disfrutando el presente: Las Flores

 

El ruido de las niñas comienza a oírse desde muy temprano, ellas despiertan a las 5am para bañarse, tomar el desayuno e ir a la escuela (las que van por la mañana entran a las 7am).   Cuando salimos de la habitación comienzan los “buenos días tía, buenos días tío”, eso nos lo dicen todas las niñas. 

            Hoy comenzamos a hacer ejercicio temprano porque después es imposible, pero apenas habíamos comenzado nos dimos cuenta de que las niñas habían abierto el portón del centro para ver el desfile de la escuela a la que asisten varias de ellas.  El desfile, que se hace con motivo de la independencia de Honduras,  pasaría justo frente al centro, y una de las niñas, María Antonia, participaría.  Tomamos la cámara y nos fuimos con ellas para ver a María Antonia. 

 

Luego de ese desfile entramos a desayunar David y yo mientras platicamos con Marlene, la directora del centro, acerca de la seguridad en Honduras.  Fue entonces que llegó un grupo de trabajadoras sociales, traían dos piñatas y un pastel para las niñas, les celebrarían el día del niño (que fue el pasado lunes).

Las niñas corrieron al patio con las trabajadoras sociales, pusieron la piñata y comenzaron juegos en los que competían por premios. 

 

Las niñas más pequeñas estaban en la escuela, quienes estuvieron en la celebración eran las niñas más grandes (las de 12 a 16 años), yo me sorprendí cuando las vi jugar por lo emocionadas que estaban corriendo de un lado a otro, bailando y compitiendo por los regalos.

Estuvimos un rato bailando con ellas y luego fuimos a la escuela de las niñas más pequeñas, ahí presenciamos el acto cívico (el himno y un poema a Honduras por la independencia del país). Después regresamos a la celebración y seguimos bailando, comimos pastel y dulces con ellas.  Algunas tuvieron que ceder sus dulces debido a problemas de caries.

 

Cuando la fiesta terminó las niñas nos mostraron los talleres en los que trabajan: belleza y costura.  Me propusieron cortarme el cabello y acepté. Marolinn (13)  fue quien hizo el corte, me llevó l salón, lavó mi cabello, lo desenredo y comenzó a cortarlo. Debo admitir que yo estaba un poco nerviosa, pero Marolinn me demostró lo bien que sabe cortar el cabello. Luego fuimos al taller de costura, las niñas han hecho sus propios uniformes, cortinas, ropa de cama, bolsas (me regalaron una), vestidos típicos y varias cosas mas. Fue bonito verlas mostrándonos su trabajo. 

 

Al terminar con las niñas comencé a hablar con Marlene, ella me explicó a grandes rasgos las situaciones de abuso por las que pasaron algunas de las niñas; me parecía increíble lo mucho que ellas habían sido lastimadas en el pasado y me alegró lo contentas y sanas que se ven ahora.

                Las niñas nos mostraron sus habitaciones, hay 3 en cada dormitorio.  Todo muy ordenado y limpio, la pintura era color lila y se veían muy bonitas. Ellas se emocionaban mientras mostraban el lugar donde duermen.  

 

 Pasamos a comer  y después nos fuimos un rato al internet que hay a pocos metros del centro.

Al regresar estuvimos con las niñas, entre juegos e historias. Ahora a prepararnos para mañana porque iremos al desfile oficial en el centro de la ciudad.

 

 

Andrea

 

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