Nos vamos! Mi hueso ya no esta roto!

Segunda cita con el doctor: superada.

Despertamos a las 6:15am para poder salir a las 6:30am hacia el hospital.  Cuando llegamos ahí, ya había unas 10 personas en la línea en la que debes formarte para confirmar tu cita y que se enteren de tu presencia.  David esperó en la fila y yo fui a sentarme porque me dolía mucho la espalda, pudimos ver como se iba llenando la sala (que es grande) de personas con yeso en las piernas o brazos, gente en muletas o silla de ruedas, incluso algunos en camilla debido a sus fracturas.  Es sorprendente el número de personas que ingresa a consulta médica por huesos rotos,  desde bebés hasta ancianos.

 

Esperamos alrededor de una hora a que nos llamasen, el doctor no dijo nada porque no estaba usando el chaleco ortopédico, pero aun así yo empecé a darle mis razones para no hacerlo, me dijo que estaba bien.  Tocó la clavícula y la presionó, luego me envió a rayos x para tomar una radiografía.

 

La sala de espera para las radiografías estaba llena, era difícil caminar. Había algunos bebés llorando, bebés muy pequeños a quienes también estaban revisando por facturas.  Me dolía la espalda y me sentía mareada de ver  a algunos adultos y niños con una aguja enterrada en la mano mientras sostenían una bolsa de suero con la otra…

 

Llego mi turno, me pasaron junto con otras cinco personas y nos explicaron que primero irían los que necesitaran radiografías que se pudieran tomar de pie, luego irían los que necesitaran recostarse.  De pronto vi un rostro conocido, el hombre se acercaba a nosotros con cara de asombro, era mi doctor, el doctor particular con quien fui después del accidente.  Nos preguntó “qué hacen aquí??” le expliqué que íbamos por mi radiografía, y me repitió lo que me había dicho desde la primer consulta “cinco semanas no bastan, no va salir nada en la radiografía porque aún no tienes hueso, tienes cartílago”.

 Me pidió que moviera el brazo, no podía, se sentía tan pesado, dolía. Tomó mi mano y mientras me decía que ya estoy bien, elevaba mi brazo sobre la altura de mi cabeza, me puse roja del dolor y el esfuerzo.  “Debes hacer ejercicios, es necesario que pongas en actividad ese brazo, estas bien pero ya todo depende de la rehabilitación”, después de decir eso se dio media vuelta y se fue.  Me acababa de ahorrar 30 dólares por su consulta.

 

El doctor del hospital me dijo exactamente lo mismo, debo comenzar a ejercitar el brazo constantemente, ya puedo nadar! Me dio medicamento para el dolor, el cual supuestamente suspenderé en unos 3 días ya que la rehabilitación solo será dolorosa ese lapso de tiempo.  Ya estoy lista para viajar, hasta en elefante según él. Muy buenas noticias…

 

 

El resto del día el dolor ha sido fuerte, es obvio que hice movimientos que no había realizado hace mucho – bueno, cinco semanas - . Fuimos a la farmacia del hospital por el analgésico que me recetaron – también es gratuito – pero se había acabado, “hasta el viernes habrá más” nos dijeron.  David y yo estábamos muy sorprendidos de que hasta el medicamento me dieran, ya que no he pagado ni un céntimo por la atención médica que he recibido (excepto por la privada), tampoco por los Rayos X!

 

Esto de la oferta de salubridad aquí en Nicaragua es bastante interesante.  Por lo que hemos sabido el país no tiene dinero para sostener el tratamiento de ciertas enfermedades, así como tampoco para la compra de equipo para detección de algunas otras; sin embargo, la atención medica es gratuita y además te facilitan el medicamento. 

                Una chica del hostal, Simone (Alemania) fue voluntaria en la costa caribe de Nicaragua y su trabajo se enfocaba a la prevención de VIH; según lo que nos cuenta tuvo la oportunidad de conocer d ecerca como funciona el servicio medico en este país, y por l que ha expresado tiene una opinión muy negativa, también nos aseguró que hay muchos estudios médicos para los cuales la gente debe pagar y además los tiempos de espera llegan a meses.

 

Personalmente puedo decir que mi experiencia ha sido positiva, Nicaragua es un país de abundante pobreza y el hecho de que el servicio de sanidad sea gratuito debe ser algo muy positivo para su gente.

 

 

Ya por la tarde me tocó ser maestra de ingles, Lisa no podía llegar a tiempo a su clase y me pidió que la supliera. Sus alumnos son los niños a los que Santi entrena como lideres ambientales, fue una experiencia bastante diferente y a pesar de que estaba nerviosa por ir a pararme enfrente de ellos, al final me divertí.

 

David ya le avisó a los demás que nos iremos este lunes muy temprano, así que Flor ya comienza a preparar nuestra despedida. wuuhh!!!

 

 

Andrea

 

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