Mañana cultural y tarde infernal

Otra noche más en el hostel y otra noche más que echamos de menos nuestra cama en la Zaigua. Todas las personas que trabajan en el hostel Iguanas son muy amables y te ayudan con todo lo que pueden (se nota que es un negocio familiar), pero nuestra habitación es muy pequeña, hace mucho calor y los ventiladores no son suficientes para que nuestros cuerpos se puedan refrescar, a ver si hoy o como mucho mañana es el último día que pasamos aquí.

 

Nada más levantarnos nos comunicamos con Daniela a las 9:00 para verificar si el container ya estaba en el suelo. Como nos imaginábamos no era así, nos dijo que en cuanto se pudiera hacer algo se pondría en contacto con nosotros vía e-mail.

 

Por ahora lo único que podíamos hacer era ir a pagar los recibos de Evergreen y conseguirme un seguro de vida por unos días para poder entrar en el puerto. Susie y Paul no estaban muy animados para hacer algo así que nosotros nos fuimos a investigar donde podíamos obtener este seguro.

Llegamos a una aseguradora ubicada en el centro y nos informaron que se podía hacer un seguro de 3 días por COL$50,000. No era nada barato pero era lo que nos habían dicho que costaba. El problema es que no estamos seguros de que durante el fin de semana podamos sacar la Zaigua del puerto, necesitamos algún día más por si acaso. Le comentamos la situación a la señora y tras consultarlo nos dijo que podía dárnoslo por el mismo precio por una semana, perfecto, ahora ya sí. Lo único es que el seguro no iba a estar listo hasta las 15:30 pero como por ahora no podíamos hacer nada no pusimos objeción.

Era temprano y decidimos dar una vuelta por el centro. Pasamos por el parque Bolívar y llegamos al Museo Histórico ubicado en el Palacio de la Inquisición. Éste museo tiene un costo de COL$13,000 pero en ese momento estaba entrando muchísima gente que había llegado en un crucero y nos “unimos” a ellos.

 

Este museo se puede ver tranquilamente en un par de horas. Primero subimos al segundo piso, en donde aprendimos un poco sobre la historia de la ciudad de Cartagena de Indias.

Cartagena fue uno de los puertos más importantes de América durante muchas décadas ya que España mandaba desde aquí mucha mercancía hacia la península ibérica. Pero todo lo bueno se acaba y tuvo periodos de decadencia en la que fue saqueada y azotada por la cólera. Tuvo que volver a erigirse casi desde sus ruinas y con los años fue prosperando poco a poco hasta convertirse en lo que es hoy: una de las ciudades más bonitas de Colombia y reconocida por la UNESCO desde 1985 como patrimonio histórico de la humanidad.

En este mismo piso había una exposición fotográfica temporal que mostraba la religión desde una visión muy particular, principalmente basándose en desnudos humanos. Cada fotografía era una muy buena crítica a la religión católica

Por último vimos la parte que más le gustó a Andrea: las réplicas de los instrumentos que la Santa Inquisición utilizaba para lograr las confesiones de los acusados de brujería, hechicería y cualquier otro “delito” que la Iglesia católica considerara oportuno. Vimos el, garrote, la horquilla del hereje y la garrucha entre otros instrumentos de tortura. Ponerte en el lugar del acusado e imaginarte el dolor de sentir que te disloquen los huesos, te saquen las entrañas o el cerebro, te desangren, te corten los miembros… hace que se te revuelva el estómago. La religión católica infringía todo este sufrimiento con la excusa de limpiar el alma o perseguir una “bruja” y conseguir así una confesión, ¿no se supone que el catolicismo quiere ayudar al prójimo, al más necesitado y vivir en paz y armonía? ¿Entonces para qué hacer sufrir tanto a las personas? Incomprensible, para mí quienes ejecutaban y ordenaban estos castigos eran mentes enfermas.

Cuando salimos del Palacio de la Inquisición cruzamos la plaza Bolívar y entramos al Museo del Oro. Hay varios de estos museos repartidos por toda Colombia y cada uno cuenta un poco de la historia de las comunidades originarias de Colombia a través de sus artesanías hechas en oro. Solo nos dio tiempo a ver el primer piso porque ya era la hora del almuerzo y cerraban, sin embargo pudimos observar la habilidad de los artesanos colombianos para trabajar el oro.

Era mediodía y no habíamos ni desayunado, buscamos un lugar económico para almorzar (difícil en este barrio) y por COL$6,500 comimos comida corriente (sopa, plato principal, limonada y un plátano). Probamos la carne en posta, que según nos dijeron se cocinaba con coca-cola y panela (la panela es un dulce que sale del azúcar de la caña), pero no pudimos distinguir ninguno de los dos sabores.

 

Se nos había hecho un poco tarde y no sabíamos nada del container, quizás ya estaba en el suelo y podíamos continuar con todos los trámites. Cuando llegamos al hostel Susie y Paul nos confirmaron que el contenedor ya había sido descargado y teníamos que ir al puerto para pagar las tasas portuarias. Teníamos cita a las 14:00 y ya era esa hora, el problema es que necesitábamos mi seguro de vida y hasta las 15:30 no nos lo daban. Decidimos que Paul y yo fuéramos hacia el puerto y Andrea y Susie recogieran el seguro y luego ya veríamos como hacíamos.

 

Paul y yo tomamos un taxi hasta Sociedad Portuaria (COL$6,000) y nos dirigimos directamente al escritorio de Daniela en atención al cliente. Nos entregó los primeros recibos que teníamos que pagar entre los dos: COL$583,357 y COL$127,600, buf que dolor.

Tuvimos que hacer fila durante un buen rato en el banco, pagamos y con esto liquidado Daniela nos dijo que mañana a las 8:00 podíamos estar en el puerto de CONTECAR para sacar nuestros vehículos del container. Solo podía entrar yo a ver el proceso de vaciado y me insistió en que necesitaba ver mi seguro de vida. Le expliqué que no se preocupara que ya lo tenía (aunque no conmigo) y que Andrea le iba a enviar una copia por email.

Daniela nos comentó que ahora teníamos que dirigirnos hasta la DIAN (aduanas) para solicitar una cita mañana a la misma hora con un oficial aduanero. Cerraban a las 17:00 y teníamos menos de una hora para llegar a la DIAN y seguir con el papeleo. Antes de despedirnos nos dijo que existía una posibilidad de que mañana tuviéramos los vehículos en nuestras manos pero que era imprescindible que le mostráramos el Bill of Lading original de Evergreen, otro problema más porque nos quedábamos sin tiempo.

Rápidamente nos dirigimos hacia la DIAN (se tarda unos 10 minutos andando) y aquí no nos demoramos mucho. Rellenamos un par de formularios por vehículo y le entregamos una copia del Bill of Lading, nuestros pasaportes y título de los vehículos. Listo, nos dijeron que mañana a la hora del vaciado del container un oficial estaría allí para realizar la inspección vehicular.

 

Ahora ya solo nos quedaba pagar los recibos de Evergreen para poder conseguir el Bill of Lading original. El banco ya estaba cerrado pero la oficina principal en el centro todavía estaba abierta hasta las 18:00. Otra vez corriendo tomamos un taxi (casualidades de la vida el mismo taxista de ayer) y nos dirigimos a un costado de la Torre del Reloj que es donde se encuentra el Banco de Occidente. Cuando salimos de allí ya eran las 18:30 y habíamos pagado la cantidad que teníamos pendiente con Evergreen (COL$235,045).

 

Regresamos al hostel y Andrea me dijo que ya había mandado un email con mi seguro de vida a Daniela y todo estaba bien. Ya era muy tarde para llevar al puerto los recibos de Evergreen así que les mandamos una copia por email, por fin habíamos acabado por hoy de papeles.

 

Descansé un rato y nos fuimos a dar una vuelta por Getsemaní y buscar algo para cenar. Encontramos una plaza en la que se veía bastante ambiente (se notaba que era viernes), había muchos puestos para comer y también para beber, parece ser que aquí no está prohibido beber alcohol en la vía pública. Estábamos comiendo un pincho moruno y tomándonos una cerveza cuando… sorpresa! nos encontramos con nuestro amigo Jon. Creíamos que a éstas alturas ya iba a estar en Chile y de repente nos lo encontramos en Cartagena.

Estaba con una amiga argentina y nos sentamos todos a hablar sobre nuestras experiencias durante los últimos días. Nos recomendaron unos cuantos lugares para visitar en la región caribeña, nos tomamos unas cervezas y nos despedimos, quizás en un futuro nos volvamos a encontrar en Chile, nunca se sabe.

 

Nos fuimos al hostal y Susie y Paul nos dieron una mala noticia antes de acostarnos. David, de Evergreen, nos había escrito un email diciendo que los recibos se los habíamos mandado muy tarde y hasta el lunes no podríamos obtener nuestro Bill of Lading original porque el sistema no se iba a abrir hasta entonces, tiene huev… cuando no es una cosa tiene que ser otra.

 

Ahora tenemos todo resuelto con el puerto y aduanas pero tenemos problemas con Evergreen. Acabamos de analizar toda la situación y mañana vamos a ir al puerto a ver qué pasa, ya tenemos la cita y no queremos perderla y tener que volver a pagar algo otra vez. No creo que podamos sacar la Zaigua mañana pero vamos a intentarlo.

 

David

Escribir comentario

Comentarios: 0

Buscar en Zaigua:

Google:  Yahoo:  MSN:
English French German Spain Italian Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified