Como unos morrocoyeros más

Hoy ha sido uno de esos días que por mucho que tratemos de explicar nuestras experiencias va a ser muy difícil que podamos transmitir todo el cariño que un pueblo entero nos ha ofrecido. Después de hacer ejercicio y trabajar un rato con la computadora fuimos a despedirnos de William. Al igual que anoche, insistía en que nos quedáramos algún día más en Aguachica, le dijimos que no estábamos seguros de que íbamos a hacer, queríamos visitar el bosque del Agüil y dependiendo la hora a la que termináramos decidiríamos si continuar camino hacia Bucaramanga o quedarnos una noche más. Quedamos en que antes de que nos fuéramos de la ciudad pasábamos por su casa a despedirnos.

Teníamos hambre y fuimos a desayunar a otro de los lugares típicos de la ciudad, el parque San Antonio. Aguachica volvía a tener la vida que vimos ayer, mucha gente por las calles y decenas de motos, en ocasiones es difícil cruzar una calle debido a la cantidad de motocicletas que circulan.

 

Desayunamos en una panadería (de nuevo fritos, nos encantan), nos conectamos a internet para actualizar la página y nos dirigimos al pulmón de la ciudad: el bosque del Agüil. Al llegar enseguida nos recibió don Agustín, unos de los cuidadores del parque. Agustín y otros funcionarios públicos nos explicaron que el bosque está en un proceso de recuperación, en realidad el bosque originariamente constaba de varias decenas de terreno pero cierta gente se ha ido apropiando ilegalmente de diferentes espacios y ahora el bosque apenas cuenta con 10 hectáreas. Se está llevando a cabo un proceso de expropiación para recuperar el bosque pero como todos los trámites es algo que lleva tiempo.

Don Agustín
Don Agustín
Con la tortuga Morrocoy
Con la tortuga Morrocoy

El bosque del Agüil es el hogar de diferentes especies de aves, mamíferos, anfibios, reptiles y lepidópteros y toda la gente que trabaja en él hacen todo lo posible para mantener el bosque limpio de basura y maleantes.

 

Don Agustín y unos niños de la zona se ofrecieron a guiarnos por el bosque. Primero vimos diferentes animales que la gente había donado o la policía había incautado, lo llaman el hogar de paso. El objetivo es tratar de volver a introducir a los animales a su ecosistema natural pero en muchas ocasiones esta labor es casi imposible debido a las lesiones que presentan los animales o porque han estado durante mucho tiempo en cautividad. Vimos monos de diferentes clases, pericos, loros, conejos… y cómo no, el animal emblema de la ciudad de Aguachica: la tortuga morrocoy (a los habitantes de Aguachica se les llama morrocoyeros).

El tour continuó hacia el chorro, un lugar que según la tradición el que se baña ahí ya no se marcha de Aguachica. Cuando nos dirigíamos hacia el chorro, don Agustín recibió una llamada comunicándole que había un conato de incendio en el bosque. Rápidamente nos fuimos todos hasta el lugar para tratar de apagar el fuego mientras llegaban los bomberos. Todo el mundo colaboraba arrojando baldes de agua al enorme tronco que estaba prendido, los niños, funcionarios, vigilantes… incluso Andrea. Después de un buen rato llegaron los bomberos y les dejamos la tarea a ellos.

Uno de los problemas del bosque es que hay gente que viene aquí a utilizar drogas o a explotar los recursos naturales del bosque y provocan un gran daño. En nuestro paseo además de este incidente con el fuego pudimos ver como don Agustín llamaba la atención a unos chicos con una actitud sospechosa. Actualmente están cuidando mucho la seguridad en el bosque para que morrocoyeros y visitantes vengan a disfrutar del Agüil.

Después del incidente con el fuego continuamos nuestro tour hasta el cerro, en donde se encuentra la iglesia de la Cruz. Éste es el punto más alto del bosque y desde aquí se puede ver toda la ciudad. El calor era asfixiante, hace muchas semanas que no hay llovido y todo estaba muy seco, la mejor manera de solucionarlo era dándonos un baño. Regresamos a la Zaigua, nos pusimos los trajes de baño y ahora con la asistencia de Luis y con todos los niños nos fuimos hasta el chorro para refrescarnos.

Jonathan y el regalo que nos obsequió
Jonathan y el regalo que nos obsequió

El baño nos vino estupendamente y nos abrió el apetito, eran las 16:00. Nos despedimos de todos y quedarnos en vernos mañana para despedirnos, acabábamos de decidir que nos íbamos a quedar un día más en Aguachica.

 

Llegamos hasta la plaza principal y esperamos a que poco a poco abrieran los puestos de comida. Tuvimos otra gran comida/cena: carne asada, pizza, hot-dog, rollito primavera… menos mal que no estamos a dieta. En el Agüil nos dijeron que al anochecer iba a haber un desfile de pre-carnaval y luego concierto de vallenato, no nos lo podíamos perder. En lo que hacíamos tiempo estuvimos charlando con la gente del lugar y con Jonathan un niño que trabajaba en los juegos infantiles. Durante el resto de la noche Jonathan venía a cada rato a conversar con nosotros, también se encargó de la seguridad de la Zaigua, un niño encantador.

El desfile más que de carnaval parecía de fútbol ya que consistió en mucha gente subida en carros, camionetas y motos con los colores de sus equipos de fútbol. Llegaron hasta el escenario y comenzaron a presentar a los diferentes equipos: Nacional, Millonarios, Cúcuta… Creíamos que iba a haber mucha más gente pero el ambiente era estupendo. Presentaron a las candidatas a reinas del carnaval (3 representantes de diferentes barrios de Aguachica) y comenzó la música. Primero tocó un grupo que puso a bailar a los asistentes al son de sus tambores y después vino el grupo de vallenato Checho García (cantante) y Javier Vega (acordeonista). Ellos son unos jóvenes que están comenzando y por lo que escuchamos estamos seguros que tienen un gran futuro por delante.

Checho García (cantante) y Javier Vega (acordeonista)
Checho García (cantante) y Javier Vega (acordeonista)

Desde que llegamos al caribe colombiano nos enamoramos del vallenato y por fin estábamos en un concierto. Nos habíamos dado cuenta de que nosotros con la cámara y nuestra apariencia de extranjeros habíamos estado llamando un poco la atención en el lugar. Julio, uno de los chicos que estaba bailando nos invitó a que nos uniéramos a su grupo. Poco a poco nos fuimos mezclando y acabamos llenos de maicena y tratando de bailar vallenato.

 

Nos convertimos totalmente en el centro de atención y desde el escenario comenzaron a saludarnos, incluso el grupo tocó por segunda vez nuestra canción favorita, “El boom del momento”. Comenzamos a conocer muchísima gente, estábamos un poco abrumados de saludar a tanta gente, no nos esperábamos esto y nos había pillado totalmente por sorpresa. Seguimos bailando, conocimos a los organizadores del evento, nos estuvimos sacando fotos con el grupo… nos sentíamos como unos morrocoyeros más.

El boom del momento
El boom del momento
Antes de irnos Luis nos regaló una de sus artesanías
Antes de irnos Luis nos regaló una de sus artesanías

Cuando acabó la música nos íbamos a ir a dormir pero el grupo deportivo Pacho´s Club encabezados por Pacho y Danilo nos invitaron a que nos quedáramos un rato más con ellos. Estábamos agotados pero nos lo estábamos pasando tan bien que no pudimos decir que no. Enseguida nos sentimos como uno más del grupo y Andrea por un lado y yo por otro estuvimos hablando de nuestras experiencias y compartiendo historias con todos. Ellos en parte eran organizadores del evento (Checho el cantante es el hijo de Pacho) y Javier el acordeonista y los músicos nos dedicaron unas canciones, no nos lo podíamos creer. Nadie quería acabar la rumba y nos invitaron a un karaoke para que nos animáramos a cantar. No quisimos hacer el ridículo con nuestros berridos pero nos lo pasamos estupendamente.

Pacho´s Club
Pacho´s Club

Se hizo tarde y Pacho y Danilo nos invitaron a que fuéramos a casa de Pacho para dormir. Insistían en que durmiéramos en la casa de Pacho pero estamos tan acostumbrados a dormir en la Zaigua que preferíamos dormir en la furgoneta. Nos invitaron a cenar un delicioso caldo de costilla y cada uno nos fuimos a nuestros respectivos hogares.

 

Mañana Pacho, Danilo y otros miembros del Pacho´s Club nos han invitado a pasar el día con ellos e ir hasta el río Magdalena a comer pescado. Aguachica nos está tratando increíble, la amabilidad de su gente es un claro ejemplo de lo que verdaderamente es Colombia.

 

David

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Comentarios: 2
  • #1

    Daniel (martes, 15 enero 2013 05:35)

    QUE VIVA EL VALLENATO!!!!

  • #2

    Zaigua (miércoles, 16 enero 2013 07:02)

    Totalmente de acuerdo Dani

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