Calidez colombiana

Doña Lucila y familia
Doña Lucila y familia

Estamos empezando a pensar que en Colombia existe una competición para ver quién es la persona, familia y/o pueblo que nos trata mejor. Anoche dormimos en el estacionamiento de un conocido supermercado y el celador parecía encantado con nuestra presencia. Faiver (creo que se escribe así) es un gran aficionado a la tauromaquia y nos estuvo contando sus trágicas experiencias con los toros, en una ocasión estuvo durante 5 meses en coma debido a una cogida, aun así le fascinan los toros.

 

Esta mañana una señora, doña Lucila, vino a visitarnos a nuestra Zaigua-casa. Su casa se encontraba enfrente de donde nos estacionamos y desde anoche le habíamos llamado la atención. Le contamos un poco nuestras experiencias en Colombia y quedó entusiasmada. Nos invitó a su casa para que pudiéramos lavar los platos, bañarnos e incluso utilizar la lavadora. Pero esto no fue todo, a la hora del almuerzo nos invitó a comer con toda su familia, estaban sus nietas, hijos y nueras. La comida fue muy novedosa para nosotros, sopa de arroz y arroz y espagueti con sardinas, una combinación rara pero sabrosa. Cada día la generosidad colombiana nos tiene preparada alguna sorpresa.

 

En el "taller"
En el "taller"
Pieza reparada
Pieza reparada

Nos despedimos de doña Lucila y su familia y emprendimos camino hacia San Gil. Nada más salir de Girón la Zaigua volvió a dar el mismo problema que hace dos días con el pedal del acelerador. No podíamos continuar nuestro camino de esa manera, según nos habían dicho el camino era muy pronunciado y con muchas curvas, nunca llegaríamos en esas condiciones.

 

Regresamos a Girón y buscamos un mecánico que pudiera reparar permanentemente la pieza. Nos dieron indicaciones hasta que llegamos a un descampado que para nada parecía un taller mecánico pero arreglaban automóviles. Había varios mecánicos trabajando y uno de ellos se ofreció a ayudarnos. En sí, la reparación no era complicada, solo había que rellenar la pieza que se había desgastado del pedal. Aprovechamos para alargar otro segmento de la pieza y tener así más recorrido en el pedal. Fue algo rápido y barato ya que después de negociar un rato el importe de la reparación conseguí un precio de parsero. Probamos la furgoneta y se sentía muy bien, lo único es que ahora la Zaigua está algo más revolucionada que antes, ¿algún consejo Iván?

Eran las 15:00 y no sabíamos si retomar el camino o quedarnos otra noche en Girón. Finalmente decidimos ponernos en marcha y hasta donde llegáramos. Poco a poco el paisaje fue cambiando y de repente nos encontramos conduciendo en medio de un cañón con el río Chicamocha a nuestro lado. Estábamos pensando en buscar un lugar para pasar la noche cuando vimos que el Parque Nacional del Chicamocha estaba a tan solo 10 kilómetros de distancia.

Érika Cisneros la responsable de prensa del parque nos había invitado a conocer el parque y las actividades que se pueden realizar en él por lo que decidimos continuar. La subida fue impresionante, según nos dijeron este cañón está considerado como el segundo más grande del mundo. Al llegar al parque contactamos con Érika y rapidamente nos permitieron la entrada.

El parque del Chicamocha es una de las insignias de Santander y apenas tiene 6 años desde que lo inauguraron. Los precios son asequibles y no hacen distinción entre nacionales y extranjeros, no como en otros lugares en los que hemos estado. Además de disfrutar de las increíbles vistas dimos un apacible paseo visitando el monumento a la Santandereanidad (que representa los levantamientos populares en el siglo XVIII que desencadenaron la liberación de la Nueva Granada de España, la conocida Revolución de Los Comuneros), el mirador y un pequeño zoológico. Como habíamos llegado tarde no tuvimos la oportunidad de utilizar el teleférico ni ver el museo Guane. Nos coordinamos con la administración del parque y la estación de policía (tuvimos que registrarnos) para poder pasar la noche en el estacionamiento y mañana continuaremos con la visita al parque Chicamocha.

Esta noche vamos a dormir fresquitos, estamos a algo más de 1600 metros de altura. La verdad que lo vamos a agradecer porque ya llevábamos muchas semanas de calor, y sin ventilador…

 

David

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Comentarios: 1
  • #1

    yoly viviana (jueves, 17 enero 2013 23:27)

    que bueno que pudieron arreglar el problema con la zaigua,y muy bacano que conocieran el parque del cañon del chicamocha ....que envidia pero de la buena pues la verdad no lo conozco pero por lo que dicen es un lugar muy hermoso...espero que todo les siga saliendo bien y como se los dije antes que dDIOS los proteja en cada dia de su travesia

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