Estaba decidido, hoy muy a nuestro pesar teníamos que marcharnos de Bogotá. La verdad que nos gustaría permanecer unos días más, pero ya nos queda menos de un mes de visado para salir de Colombia y mucho país que recorrer por lo que era mejor que fuéramos reanudando nuestro camino.
Despertamos a Juan y nos despedimos, se había portado estupendamente con nosotros y más teniendo en cuenta que llegamos de improvisto para pasar una noche en su casa y nos habíamos quedado cinco… Tanto Juan como su familia nos trataron con muchísima hospitalidad y nos vamos con muy buenos recuerdos.
A las 9:00 habíamos quedado con don Jorge y Andrés en Servi Hervy ya que nos iban a ayudar con el cristal que traíamos dañado desde Guatemala. Antes de nada nos invitaron a tomar una aromática. Ya nos habían hablado anteriormente de esta infusión y hoy tuvimos la oportunidad de probarla. Esta bebida caliente se puede hacer de diferentes maneras (cada persona tiene su truco) pero al menos tiene que llevar alguna fruta y hierbabuena, la nuestra tenía fresas. Andrea cambió su tinto mañanero por la aromática y le gustó tanto que al rato regreso a comprar más.
Seguimos a Andrés en su moto hasta una zona en la que había muchos talleres especializados en vidrios. Nuestro problema es que es muy difícil encontrar un cristal para nuestra combi pero llegamos a un lugar en donde nos lo iban a hacer a medida. Quitaron el cristal roto para hacer uno igual, nos pusieron un plástico para tapar el hueco y nos regresamos al taller de don Jorge y Andrés. Allá nos volvieron a echar un vistazo al claxon, el sábado no había quedado bien, y nos cambiaron una luz de freno que estaba fundida (de nuevo don Jorge nos colaboró con las reparaciones). Incluso nos regalaron un tapacubos que se nos había perdido en Nicaragua y dos tarros para bebidas. Nos encantó el trato que nos dió todo el mundo en Servi Hervy ya que en ningún momento nos trataron como clientes sino como amigos.
Después de un rato de charla (al que también se unieron Jhon y Basilio) nos tuvimos que despedir, a don Jorge le hubiera gustado que nos quedáramos unos días más (le encanta escuchar historias de viajeros, creemos que lleva un viajero reprimido dentro) pero se nos estaba haciendo tarde y teníamos que salir de Bogotá antes de que empezara el atasco de la tarde.
Volvimos al otro taller para que nos pusieran el cristal y en apenas 30 minutos ya teníamos vidrio nuevo con microperforado y todo, se acabaron las goteras. Nos urgía cambiar este cristal porque últimamente se había dañado mucho y cada vez que llovía se nos mojaba la cama, lo cual no era muy agradable para dormir, pero ahora ya no tendremos que salir corriendo a la furgoneta a poner una toalla en la cama cada vez que llueva.
Antes de partir paramos en un centro comercial para comprar unas últimas cosillas que necesitábamos, Andrea se despidiera de su comida rápida y a las 16:30 estábamos saliendo de la capital. Se nos hacía raro marcharnos ya que habíamos estado muy a gusto en la Calera y en Bogotá, pero había continuar.
Nuestro plan era llegar hasta Manizales, en el eje cafetero, sin embargo después de 2 horas de camino nos dimos cuenta que lo mejor era pasar la noche en Honda. Tras casi cuatro horas de curvas, subidas, bajadas, tres peajes y camiones por todos lados llegamos a Honda. Fuimos directamente a la estación de bomberos a ver si nos podíamos quedar con ellos y enseguida nos invitaron a pasar. Fueron muy amables, incluso unos ofrecían cama con ventilador y todo pero nosotros preferimos dormir en la Zaigua.
Hoy no vamos a dormir debajo de las mantas ya que acá el clima es mucho más caluroso que en Bogotá, ¿qué buena Honda, no?
David
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Juan (martes, 12 febrero 2013 11:11)
Que buena Honda, me alegra que hayan llega bien a Honda. Fue un placer para mi y mi familia tenerlos acá, las gracias se las tenemos que dar nosotros por hacernos parte de Zaigua, un abrazo gigante y ya hacen falta en la capital
Zaigua (miércoles, 13 febrero 2013 18:58)
Gracias por vuestra hospitalidad Juan, esperamos volver a encontrarnos pronto, un abrazo.