Triángulo del café

Esta mañana los bomberos fueron a conocer nuestra casa y luego nos invitaron un ‘tintico’, fue un muy buen comienzo de día.  También nos aclararon que estábamos en Dos Quebradas, cuando según nosotros ayer habíamos llegado a Pereira y en realidad nos habíamos quedado en la ciudad anterior. 

 

Tomamos tinto y platicamos un poco,  la verdad es que nos sigue sorprendiendo la hospitalidad con que nos reciben los bomberos.  Ayer por la noche estaban muy activos,  incluso nos despertaron unas dos veces cuando se llamaban uno al otro en voz muy alta; hoy nos contaron que no pudieron dormir en toda la noche porque hubo un accidente muy fuerte en la carretera, y un motociclista estaba muy dañado. 

 

Hemos notado que aquí, al menos en la zona del eje cafetero, los bomberos cumplen una función similar a la de la cruz roja – además de combatir incendios – y defensa civil.  Cuentan con una ambulancia y bomberos con función e instrucción de paramédicos y acuden a llamados como el de ayer, un accidente vial. La verdad es que tienen una labor muy completa y juegan un papel muy importante en cuanto a ayuda a la ciudadanía. 

 

De la estación nos  dirigirnos a Pereira, ahora sí.  Vistamos  el centro de la ciudad, la Plaza Bolívar, en que se encuentra el Bolívar Desnudo, una enorme escultura  realizada por Rodrigo Arenas Betancourt, y que es hoy en día uno de los símbolos más significativos de Pereira.  

 

El Bolívar Desnudo
El Bolívar Desnudo

Nuestra siguiente parada fue el Zoológico de Matecaña (http://www.zoopereira.org),  el cual nos mencionaron los bomberos esta mañana en Dos Quebradas.  El lugar es obra de la Fundación de Mejoras de Pereira y comenzó su funcionamiento en 1961. 

 

 

Lanzándonos tierra
Lanzándonos tierra

Estuvimos ahí por unas tres horas, entre cebras, leones, pumas, guacamayas, elefantes, hipopótamos, tigres, serpientes, monos y muchos más animales.  Un chimpancé nos sorprendió al lanzarnos tierra a la cara por verlo… Por lo visto invadimos su privacidad, creo que sintió lo mismo que siento cada vez que alguien que no conocemos viene y pega su cara a las ventanas de la Zaigua.

 

La historia que más nos gustó es la del león.  Se leía en un cartel al lado de su jaula: A los pocos días de nacer perdió a su madre y fue a adoptado por una pareja de veterinarios, quienes lo dejaron a cargo de su perra, ella se encargó de alimentar al cachorro y pasar junto a él sus primeros meses de vida, hasta que fue momento de traerlo al zoológico.   Hoy en día es un gran león y vive con su pareja, con quien tuvo ya tres cachorros. 


 

La variedad de animales que hay en el zoo es bastante ilustrativa, además los recuadros con información frente al área que habita el animal son de mucha ayuda para saber un poco más del animal que se está viendo.  Tristemente muchos de los recuadros informativos decían ‘En alto peligro de extinción’ por ‘Destrucción de hábitat y caza inmoderada’ entre los señalados con esta advertencia estaban el tigre de bengala,  el rinoceronte blanco, el chimpancé y elefante africano, por mencionar solo algunos. 

 

Aparte de lo positivo que vimos en cuanto a la información y acercamiento a los animales, nos pareció que una mejora al parque sería dar más espacio a los animales,  a algunos se les veía un tanto desesperados dando vueltas en las jaulas, en especial a los tigres. 

 

Realmente esperamos que esfuerzos como este, ayuden a fomentar una conexión humano-animal, que impulse la protección de estas y todas las especies animales. 

 

Salimos del zoológico rumbo a Salento, un lugar que según nosotros era un pueblecito rural y muy tranquilo – no sabemos por qué teníamos esta idea – resultó ser un sitio MUY turístico, lleno de tiendas de artesanías, restaurantes, puestos, cafés y mucho color.

 

El camino hacia Salento es para mí uno de los más bellos de Colombia, la carretera está rodeada de árboles y pinos, se siente el aire fresco y húmedo, y el valle se alcanza a vislumbrar a lo lejos.  El pueblo tiene una arquitectura bastante tradicional, casonas de adobe con ventanas de madera pintadas de colores llamativos y techos de teja.

 

 

Vista desde el mirador
Vista desde el mirador

Estacionamos la Zaigua a unas dos cuadras de la plaza principal, ya que estaba lleno de carros y puestos de comida que no dejaban espacio para nada más.  Lo primero que hicimos fue ir al mirador, tomamos la calle que va directamente hasta la cima de una ladera, entre muchos turistas y tiendas.  El día estaba nublado y parecía que en cualquier momento la lluvia comenzaría  a caer pero no fue así.

 

Desde el mirador se podía apreciar la magnitud del Valle de Cocora, hermoso y extenso, se abría hasta lo lejos y se perdía entre las nubes.  El río corría bordeado de grandes rocas, dividendo al valle por la mitad.  Un paisaje fenomenal. 

 

Valle de Cocora
Valle de Cocora

En el pueblo caminamos un buen rato viendo artesanías y escuchando el murmullo.  Más tarde preparamos algo de comida y chocolate caliente, la verdad es que yo me sentía muy cansada y el clima me invitaba a meterme a la cama – pero no fue así.

Después de comer seguimos caminando entre la gente,  conforme caía la noche cambiaban los atuendos de las chicas, la música sonaba más alto, los lugares de comida se vaciaban y los bares comenzaban a reunir más gente.

 

Nuestro plan fue ver una película y comer chucherías, David se compró tres paquetes de papitas y yo un snickers que hace meses no puedo comer.  Mañana iremos al Parque del Café y seguiremos conociendo esta hermosa zona de Colombia, el triángulo del café. 

 

Contactaremos también a los termales en Santa Rosa de Cabal, esperamos se animen a tomar nuestra propuesta de dar espacio - al menos dos veces al mes - a personas como Don Julio – que sufre de artritis aguda y recupera movilidad después de una sesión en agua termal. De esta manera personas de bajos recursos con casos como el de este hombre de 75 años, pueden mejorar su calidad de vida y salud al tener acceso a este fenómeno natural,  a pesar de que sus posibilidades económicas no se lo permitan. 

 

Esperamos que esto no quede aquí… y que llegue a propuestas y acciones que se conviertan en la posibilidad de mejorar la vida de alguien como Don Julio de Santa Rosa de Cabal. 

 

Andrea

 

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Comentarios: 2
  • #1

    Alejandra Valencia (lunes, 18 febrero 2013 17:24)

    http://www.youtube.com/watch?v=x4dtX7pDSzc minuto 4:30
    http://www.youtube.com/watch?v=Jt3CfLYtIig
    minuto 2:30

    Para los queridos lectores de este blog, este es un video que muestra parte del paisaje de Salento, un pueblo enclavado en el parque nacional Valle de Cocora, allí se encuentra el árbol nacional y uno de los paisajes naturales mas hermosos de Colombia, en Colombia se destaca lo verde, en Perú la historia y la cultura al igual que México.

  • #2

    Zaigua (lunes, 25 febrero 2013 07:52)

    Gracias por compartir la información y los videos Alejandra

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