Llegamos a Cali, pero no como lo imaginamos

El Valle
El Valle
Hoy sí salimos de Quimbaya, ayer que los bomberos nos vieron regresar se rieron, ya que según nosotros estaríamos en Cali para esas horas. Esta mañana nos despedimos nuevamente y comenzamos nuestra ruta hacia Cali, que se encuentra cerca de la salida hacia Ecuador.

El día estaba caliente, el sol dejaba la piel roja al poco tiempo, estábamos en el Valle,  No más siembra de café, no más subidas y bajadas; el camino era plano y con pocas curvas, alrededor de nosotros caña, caña y más caña hasta donde alcanzábamos a ver.

 

La carretera hacia Cali, saliendo desde Quimbaya, obliga a pasar cinco peajes, pero paralela a esa carretera pasa otra que obliga a pasar solo dos;  en Colombia no existen carreteras libres, por decirlo así.  Por lo visto, el gobierno tiene derecho a concesionar cualquier carretera y el ciudadano esta obligado a pagar por donde quiera que vaya.  Escogimos el camino paralelo, para ahorrarnos tres peajes. 

 

Parte de la carretera estuvo en muy buenas condiciones, así que logramos mantener una velocidad de unos 100 kilómetros por hora, pero en cuanto tomamos el camino paralelo la carretera cambió totalmente: pasamos de cuatro carriles a dos, había grandes baches, hoyos pronunciados – a pesar de que estábamos pagando dos peajes por ese camino -, que hacían que los tráileres invadieran el carril contrario o bien, que fueran sumamente despacio.  

 

Llegamos a Buga, a cerca de la mitad del camino hacia Cali.  Buga es conocida como la capital religiosa de Colombia, y se nota.  La Basílica es distinta a todas las que hemos visto en el país, tanto en su fachada como en su interior. 

 

La Basílica me recordaba los castillos de Walt Disney por su construcción en ladrillo y elevadas torres.  Apenas entramos nos recibieron grandes pantallas de plasma en cada muro de la gran iglesia.  Nuestro recorrido en Buga terminó rápido. 

 

Seguimos nuestro camino; poco antes de llegar a Cali nos detuvimos en una enorme gasolinera a preparar la comida. Hicimos sándwiches de carne, comimos y continuamos.

Al llegar a Cali entramos por una gran avenida, con bastante tránsito, un semáforo nos detuvo y en la espera la Zaigua se apagó, tratamos de encenderla de nuevo pero se apagaba a los poco segundos. Parecía que era la gasolina.

 

El semáforo estaba en verde,  la gente no dejaba de pitar y al pasar junto a nosotros gritaban de cosas, todo un espectáculo; el colmo fue un hombre que alineó su camioneta a nuestra ventana para gritarnos que nos moviéramos “ahí no es lugar para parquear!! No se puede quedar ahí parqueado!!”  acompañado de sus palabras colombianas para demostrarnos lo molesto que estaba por nuestra ‘inconciencia’. Creo que vio las placas mexicanas y pensó que allá no conocemos las avenidas.  Vaya genio. Del asombro por su reclamo y su aclaración de que eso no era un “parqueadero”  sino el carril de alta velocidad de la avenida, David y yo nos quedamos boquiabiertos.  Mientras los chicos que vendían cosas en la acera nos decían que fuéramos a gritarle de cosas nosotros también.  Ganas no nos faltaron.

 

Bajamos de la camioneta para ponerle gasolina lo más pronto posible, David le echó el galón que traíamos de reserva pero la Zaigua siguió sin funcionar.  Pedimos a los chicos de la acera que nos ayudaran a empujarla, se pusieron detrás y nos ayudaron a  salir de la avenida y estacionarnos en donde no estorbásemos.

 

David fue a una gasolinera cercana a comprar otro galón, ya que teníamos la duda de si nuestra gasolina aun servía, ya que la traemos desde México – hace más de seis meses -  en la parrilla de la Zaigua expuesta al sol.  Yo me dediqué a encontrar alguien que pudiese ayudarnos. David regresó, pusimos la gasolina nueva y nada… la camioneta no encendió.

 

La siguiente hora la pasé al teléfono.  La primera llamada la hice a Bogotá, a Don Jorge, nuestro mecánico allá. Andrés, hijo de Don Jorge, me dio el teléfono de “Kike” en Armenia, ya que él tenía contactos en Cali.  Kike me dio el teléfono de un mecánico en Cali, lo llamé pero no estaba disponible.  Regresé a Kike que me dio dos números telefónicos más, de Jorge y Leo de Club Volkswagen en Cali.  Contacté a Leo que me dio el número de John, el mecánico que podía ayudarnos, por fin!

 

Hablé con John,  iría a donde estábamos a ver qué tenía la Zaigua.  El sol comenzaba a ocultarse, y no teníamos idea de dónde estábamos.  El hombre del teléfono, a quien le compré minutos para hacer las llamadas trató de ayudarnos, nos recomendó un mecánico a quien buscar y nos dijo que estábamos en una zona ‘no tan mala’, “nomás no den papaya”, oséa, no debíamos exponernos. 

 

John llegó ya caída la noche, teníamos incluso dudas de si nos encontraría o no, el hombre con los teléfonos en renta se había ido y no podíamos llamarlo de nuevo.

John revisó la camioneta y a los cinco minutos la tenía funcionando, nos dijo que la falla estaba en los empaques del carburador, estaban muy gastados y permitían que entrara más aire que gasolina.

 

Hoy el Club de Volkswagen de Cali - el Caliwagen - se reuniría.  Leo, al hablar por la tarde con él, nos invitó, así que después de poner la Zaigua en marcha seguimos a John que iba para allá.  El club nos recibió con sonrisas y preguntas.

 

Estuvimos un buen rato en una pizzería en donde fue la reunión,  nos invitaron una rica pizza, y mientras cenábamos conversábamos con algunos de los miembros.  

 

Al terminar la reunión estábamos un tanto perdidos, no teníamos idea de dónde estábamos y lo único que nos pasaba por la cabeza era ir en busca de la estación de bomberos para pasar ahí la noche.  Dimos con la estación, estaba en medio de bares en una zona más bien comercial. Salió un chico y nos dijo que podíamos estacionarnos ‘enfrente’, al cruzar la avenida en el carril al lado de la acera,  nos pareció bastante claro que de quedarnos ahí obstruiríamos el tráfico, además no nos gustó la idea de dormir entre bares.

 

Decidimos seguir buscando, vimos una estación de gas y nos detuvimos a preguntar por un buen lugar para estacionarnos y dormir.  El chico en turno nos dijo que podíamos quedarnos aquí, en un espacio tranquilo, sin gente y con seguridad.  Pasaremos acá la noche, y mañana iremos al taller de John a que cambie los empaques del carburador de la Zaigua, para no tener que ‘parquearnos’ otra vez en alguna avenida.

 

Ha sido un día bastante extraño y agotador…

 

Andrea

 

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Comentarios: 4
  • #1

    amelia (miércoles, 27 febrero 2013 00:05)

    que bien que los ayudan,buen viaje, yo tambien los sigo casi a diario,los frlicito

  • #2

    Zaigua (miércoles, 27 febrero 2013 08:22)

    Ame! Por suerte no nos ha faltado quien nos ayude. Que bueno que nos sigas a diario! Un abrazo, espero hablemos pronto!

    Ane

  • #3

    Kathe (lunes, 13 enero 2014 00:22)

    Hola estoy encantada con uds he visto algo de su recorrido y me parece genial , me gusta vuestro carro me encanta siempre he dicho que a los 26 quiero recorrer el mundo pero en carabana aunque la Zaigua no esta nada mal

    me gustaria preguntarles si no es de mucha molestia un promedio de dinero con el que empezaron, como hacen para conseguir mas dinero? soy de Cali y si hubiera sabido antes os hubiera recibido encantada en mi casa :D


    apenas tengo 21 tengo 5 años para ahorrar para cumplir mi sueño os seguire siempre y cuando empieze mi viaje os lo contare :)

    viendolos me motivan !!

    gracias y espero que esten muy bn dnde esten

  • #4

    Zaigua (lunes, 13 enero 2014 06:40)

    Hola Kathe, muchas gracias por tus palabras, para la próxima aceptamos encantados tu invitación, la verdad que nos gustaría conocer mejor Cali con más tiempo.
    En cuanto a tu pregunta primero tienes que planear durante cuanto tiempo quieres viajar aunque a veces la carretera te cambia tus planes, nosotros salimos con la idea de hacer el viaje durante 6 meses y ya llevamos un año y medio recorriendo latinoamérica. De una otra manera vas a tener que trabajar quizás en algo que tengas experiencia o posiblemente en otro tipo de trabajos que no hayas realizado antes. Nosotros por ejemplo hemos vendido artesanias, comida, hecho páginas web, dado clases de inglés y español, trabajado en agencias de turismo, hostels, restaurantes, etc. hay que ser bastante abierto. Eso sí, siempre tienes que tener una reserva de dinero que te ayude para cualquier eventualidad. No sabríamos decirte con que cantidad de dinero debes salir, solo que tienes que tener en cuenta como te vas a transportar, donde vas a dormir, si vas a cocinar y a partir de ahí sacar tus cálculos.
    Nosotros te animamos a que des el primer paso ya que eso es lo más dificil, mucha suerte y para cualquier otra cosa no dudes en preguntarnos. Nosotros ahora mismo nos encontramos en Uspallata, Argentina, un abrazo muy grande y sigue con tu objetivo que tiene muchas recompensas aunque tampoco es facil.

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