Hasta pronto Wachimak

Ayer antes de irnos a dormir nos dijeron que en ocasiones no se podía salir de la comunidad debido a las lluvias, los ríos aumentaban su volumen y no había ninguna manera de moverse. Durante toda la noche estuvo lloviendo y nos levantamos con la incertidumbre de si hoy podríamos salir de Wachimak. La verdad que no es que tuviéramos prisa por irnos pero apenas nos quedan dos semanas de visa en Ecuador y poco a poco tenemos que ir haciendo camino hacia Perú.

Igual que los últimos días, Paulina vino temprano hasta nuestra cabaña para traernos el desayuno, hoy nos trajo maduro frito con huevo y agua de naranjilla. Terminamos de desayunar, recogimos las pocas cosas que teníamos y esperamos a Francisco y Teresa para irnos. Francisco nos dijo que los ríos estaban crecidos y teníamos que tomar otro camino para poder llegar hasta el río Napo. Además nos comentó que probablemente nos tocaría atravesar algún río por encima de la cintura o incluso nadar.

El camino estaba lleno de lodo pero la temperatura era agradable. El primer río lo cruzamos por un puente improvisado de troncos sin ningún problema, el segundo nos tocó meternos hasta la cintura pero pudimos pasar y en el tercero había una canoa con la que pudimos cruzar aunque la corriente era bastante fuerte. Durante el trayecto empezó a llover y Francisco improvisó unos paraguas y “chubasqueros” hechos a base de palma, muy originales y sobre todo útiles. En esta ocasión el camino hasta llegar al río Napo se nos hizo mucho más corto que la primera vez, posiblemente fue porque estábamos más preocupados de cómo íbamos a cruzar los ríos que de todo el camino en sí.

Nos tocó esperar casi una hora hasta que una lancha nos llevó hasta el otro lado del río y nos reencontramos con nuestra Zaigua igual que la dejamos. Durante buena parte del camino de regreso hasta Tena (tardamos unas 4 horas) estuvo lloviendo y había que conducir con cuidado porque el estado de las carreteras no era el más adecuado. Teresa vino con nosotros y cuando la dejamos en su casa quedamos en vernos por la tarde para despedirnos de ella y Jacobo. En la tarde estuvimos durante un buen rato los cuatro conversando sobre nuestras experiencias en Wachimak.

Aunque hemos regresado del Amazonas con decenas de picaduras y muy cansados, ha sido una experiencia muy enriquecedora gracias a la cual hemos aprendido mucho sobre la cultura Kichwa en el Amazonas a través de la comunidad Wachimak, muchas gracias a todos www.wachimak.com

David