Despertar hoy en Miraflores, después del tráfico que tuvimos que soportar ayer para llegar aquí, fue algo bastante agradable… Estaba muy nublado –y así permaneció el resto del día-, había mucha gente en la calle haciendo ejercicio o paseando a los perros.
Decidimos dar un paseo nosotros también, fuimos al súper que teníamos cerca y eso nos permitió darnos cuenta del alza de precios que hay aquí en comparación con otros lugares de Perú en los que hemos estado; fuimos a comer al Parque Kennedy y estuvimos ahí un buen rato. Nos llamaron la atención un grupo de gatos que estaba en el parque, por lo general en los parque se ven perros o palomas, pero no gatos… Más tarde vimos que en Miraflores hay un grupo de gente que se hace cargo de ellos: de alimentarlos, cuidarlos y darlos en adopción.
La mañana pasó tranquila y entretenida. Por la tarde quedamos en encontrarnos con Coco en el parque. Coco es un chico de la edad de David, que desde hace un tiempo comenzó a escribirnos al blog. Por lo que nos ha contado, llegó al blog de mera coincidencia saltando de un link a otro en páginas de viajeros, y es gracias a eso que ahora nos conocemos.

Coco ha sido un importante guía en lo que hasta ahora llevamos recorrido de Perú, y hoy por fin nos conocimos. Llegó al parque con su esposa Jessy y con Camila su bebé de dos años, nos presentamos y fuimos a su casa.
Es en realidad increíble cómo es que vamos conociendo gente, en especial personas como Coco, que tienen espíritu aventurero y disfrutan de viajar, y que además se dan el tiempo de ayudarnos y apoyarnos para que nosotros disfrutemos de su país.
Después de llevarnos a visitar su casa, Coco nos dio un recorrido en el centro histórico de la ciudad, y entre él y Jessy nos dieron información suficiente para poder regresar mañana y no perdernos –si tenemos suerte.
Terminamos el día cenando en Mi Lucha, un restaurante que se encuentra en una de las esquinas del Parque Kennedy y por lo visto es de los más famosos del área porque cada vez que lo vemos está repleto de gente. Cenamos un sándwich de pollo deshebrado y tomamos chicha morada, muy rico!
Todo indica que pasaremos algunos días aquí en casa de Coco y Jessy, que nos han ofrecido quedarnos y para nosotros eso es una suerte enorme, porque en una ciudad tan grande como esta no es muy fácil quedarse en la Zaigua. Mañana iremos a dar una vuelta al centro histórico y seguramente seguiremos recorriendo Miraflores.
Ha sido un muy buen día en la capital peruana.
Andrea
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