Cada vez más al sur!

Con Sabrina en la terminal
Con Sabrina en la terminal

Hoy después de un muy buen fin de semana en El Bolsón, nos tocó despedirnos de Sabrina, Eneas y del pueblo.  Llevamos a Sabri a la estación de autobuses y fue extraño despedirnos una vez más.  Ella regresa a Mendoza, a visitar a la familia –a quienes les mandamos un beso muy grande.

 

 

Ojala nuestros caminos se crucen de nuevo dentro de no mucho tiempo. Quizá la próxima vez que nos encontremos ya nos toque conocer a sus futuros hijos.

David y yo salimos del pueblo con cielos nublados y aire fresco.  Recogimos moras del camino, por lo que parece ser la última vez, y poco a poco fuimos viendo los  drásticos cambios del paisaje.

 

Nuestro día fue un muy intenso día de carretera, con 10 horas al volante y muchos kilómetros recorridos.  La Patagonia es cada vez más inhóspita, y en enormes distancias no se ve ni un ave.  

Hector y David
Hector y David

Nos detuvimos en una estación de servicio a poner más gasolina –hay que estar atentos  con el combustible y llevar buenas reservas ya que las distancias  son muy amplias entre pueblo y pueblo y no hay gasolineras en el intermedio.

 

Luego de cargar combustible se acercó un hombre chileno con su Volkswagen del año 1971, nos dijo que le llamó la atención nuestra calcomanía de Kleinbus , el club VW con quienes pasamos un fin de  semana en Pichidangui, Chile. Se presentó como Héctor y nos contó que también es parte del club, además nos  invitaba  a pasar unos días en Santiago con él y su familia –en caso de que regresemos a Santiago. 

 

Ellos estaban ya en ruta hacia el norte; aprovecharon las vacaciones de sus hijas para visitar Las Torres del Paine, al extremo sur de Chile.  Estaban haciendo camino en Argentina ya que es mucho más barato el combustible y no se  cobran peajes.

 

 

Nos dio varias recomendaciones para nuestro recorrido y además nos regaló tres latas de atún y mariscos –un gran detalle cuando estas viajando.

 

Fue un encuentro totalmente Zaigüero...

 

Entramos en una región de vientos incesantes y tan fuertes que hacen que los autos pierdan el control. Hicimos una muy corta parada en la carretera y al tratar de salir de la camioneta el viento casi se lleva la puerta de no ser porque alcancé a agarrarla, no me salvé de un tremendo tirón pero conservamos la puerta. Volaron algunas cosas del interior que desaparecieron de nuestra vista muy rápido. No tuve tiempo de poner los dos pies fuera de la Zaigua para cuando ya estaba adentro de nuevo.  No hicimos  ninguna parada más.

La carretera es solitaria pero con afluencia de tráfico, autos que pasan rapidísimo al lado de la Zaigua y solo nos dejan tambaleándonos por el viento y la inercia. 

 

Llegamos a una estación de servicio en un sitio que se llama Sarmiento, apenas la vimos nos estacionamos y aquí pasaremos la noche. Ya son las 11:00pm  y estamos molidos por el trayecto.  Los siguientes días seremos la ruta y nosotros, nada más, muchas horas nos faltan para llegar a la tan deseada meta: el fin del mundo Ushuaia.

 

 

Andrea

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