Las calles del fin del mundo

La ciudad del fin del mundo nos ha recibido con mucha lluvia, pero menos frío del que pensábamos.  A pesar de que las temperaturas son bajas, ahora mismo no llegamos a menos de 2ºC bajo cero.  Aunque el viento es otra cosa, las ráfagas son fuertes y te hacen caminar de lado; las nubes pasan por el cielo muy rápidamente y me parece que es por ello que puede estar soleado un minuto y llover en el siguiente.

 

Nos abrigamos y nos pusimos el chubasquero encima para poder caminar entre as calles del centro.  La ciudad no es tan pequeña como nosotros la imaginábamos, de hecho tiene alrededor de 80,000 habitantes, las calles son muy concurridas y hay mucho comercio: en especial tiendas de suvenires y restaurantes.

 

En cuanto al comercio… antes de llegar aquí, digamos en la parte norte y centro de Argentina, la gente no dejaba de recordarnos que Ushuaia era “el lugar más barato para comprar –en el país- porque es una zona libre de impuestos”. Al llegar nos dimos cuenta de que eso estaba muy lejos de la realidad.  Ushuaia sí tiene beneficios fiscales, pero aun y con ello sigue siendo un lugar muy caro para hacer compras.  En nuestro caso,  teníamos esperanzas de poder comprar una lente para nuestra cámara –ya que la original se rompió-, al preguntar en las tiendas de fotografía nos llevamos la sorpresa de que aquí, esa lente, cuesta más de lo que nos costó la cámara, dos lentes, un trípode y la mochila para el equipo en España.  Otro precio que pudimos comparar fue el de la laptop que compramos en Chile –en un sitio sin ningún beneficio fiscal-, el mismo equipo aquí costaba más del doble de lo que pagamos en el vecino país.

 

Cesar, quien nos ha dado espacio en su cabaña, es oriundo de Ushuaia y nos comentó que es una creencia “del norte del país (…). Se tiene la idea de que aquí las cosas son más baratas, y pues, no es así”. Así que nos olvidamos de hacer cualquier compra aquí. Por otro lado, Cesar nos comentó que en Punta Arenas, Chile, no muy lejos de aquí,  sí es notablemente menos costoso al ser zona franca.

 

Paseamos por las calles salpicadas de fango y con lluvia constante, nos acercamos a la costanera, en un área en la que se rinde tributo a los militares que  perecieron –y a los que no también- defendiendo las Islas Malvinas en contra de los ingleses en el año 1982. 

Grupo de jóvenes rumbo a la guerra
Grupo de jóvenes rumbo a la guerra

El conflicto entre Argentina y el Reino Unido comenzó en el año 1833, cuando el Reino Unido ocupó las islas ilegalmente.  La resolución de las Naciones Unidas fue que la presencia de Reino Unido en territorio argentino quiebra la unidad nacional y la integridad territorial del Estado Argentino.  En 1982 estalla el conflicto que termina con la rendición del país argentino.

 

 

Pudimos  ver fotografías de chicos uniformados marchando a la guerra, sin saber qué les esperaba.  Se calcula que fueron 649 hombres los que perdieron la vida en el conflicto. Los estragos de la guerra causaron que muchos de los supervivientes se quitaran la vida más tarde-no se sabe exactamente la cantidad pero se cree que son alrededor de 400 los casos de excombatientes que se quitaron la vida.

La lluvia cesó por un momento y decidimos seguir caminando, esta vez frente al puerto desde el que avistamos un enorme barco de National Geographic.  También vimos buques de guerra, cruceros de pasajeros, y barcos cargados de contenedores.

 

Fuimos a informarnos acerca de paseos en altamar, entre ellos está la visita a la Antártida, que más que un paseo es una gran aventura que dura como mínimo 12 días y puede llegar hasta tres semanas.  Ushuaia es la ciudad más cercana a la Antártida – a solo 1,000 kilómetros de distancia- y es desde aquí desde donde salen la mayoría de embarcaciones con ese destino.  La temporada para viajar  es durante los meses de verano austral –comenzando a mediados de noviembre y finalizando a mediados de marzo- y este año el costo del viaje rondo los 5,000 dólares por persona.

 

 

Ya que la Antártida nos es completamente imposible ahora mismo, investigamos acerca de paseos en el Canal Beagle, encontramos algunas opciones que van a las islas cercanas y/o a las pingüineras.

Nos regalaron un par de tickets a canjear por chocolate caliente en una de las famosas chocolaterías de Argentina, así que luego de recabar la información que necesitamos nos fuimos a por chocolate caliente para contrarrestar el frío y la humedad del ambiente.  Las montañas se cubrieron por nubarrones que llenaban de nieve las cimas que veíamos a lo lejos y acá abajo, en la ciudad la lluvia comenzó de nuevo.

 

Regresamos a la cabaña de Cesar cansados y con muchas fotografías.  Nos relajamos y cenamos con el resto de los chicos en el calor de la guarida. Ya es muy tarde, pero parece que lo normal aquí es desvelarse, así que el movimiento y las charlas en la casa siguen y nosotros también, no siempre se está en el fin del mundo así que hay que aprovecharlo.

Andrea

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