Día de pesca

Volvimos a tener otro día de pesca en Argentina y esta vez sí que fue un éxito!

 

 

La semana se nos ha ido volando en Bahía Blanca y sin darnos cuenta ya era sábado. Para aprovechar nuestra visita y el fin de semana, Graciela y Alberto nos invitaron a pescar en el lago Paso de las Piedras a unos 80 kms de Bahía. Nuestra presa sería el pejerrey y la técnica pesca a fondo, no conocíamos ni el pez ni la técnica pero solo con decir excursión nosotros ya estábamos más que apuntados.

Bien temprano dejamos por un día descansar a nuestra Zaigua y nos metimos en la Lola, la combi de Graciela y Alberto. La verdad que se nos hizo raro viajar en otra combi y en la parte trasera, otra experiencia más.

 

En lo que nos íbamos quitando las legañas llegamos a orillas del lago.

 

Aunque era temprano ya había una buena cantidad de aficionados pescando y nos pusimos rápidamente a organizar todo. La verdad es que gracias a la pareja, íbamos muy preparados, solo nos faltaba la tele, el frigorífico y el microondas, casi igual que nuestra casa…

En pocos minutos las cañas estaban montadas y la carnada lista para ponerla a remojo. El comienzo fue difícil, parecía que nos habíamos puesto en el “barrio pobre” del lago porque mientras todos los demás pescadores sacaban peces con cierta frecuencia, nosotros lo único que hacíamos reiteradamente era enredar y perder nuestros aparejos en el fondo del lago, especialmente Andrea y yo.

La pesca es un deporte que requiere paciencia y experiencia y nuestros anfitriones nos lo demostraron. Después de algunos cambios estratégicos Graciela comenzó a sacar peces y a partir de ahí de tanto en tanto siempre había un pejerrey nuevo en nuestra canasta. La verdad que nosotros no pudimos alcanzar el nivel de Graciela (pescadora experimentada desde  niña) pero aun así también, para nuestro asombro, capturamos algunas piezas, no solo perdíamos plomadas…

Todo el día transcurrió entre cañas excepto una parada para comer unos choripanes acompañados de un buen vino. A media tarde y con más de 30 pejerreyes decidimos que ya era momento de regresar a Bahía Blanca. En lo que Graciela limpiaba el pescado los demás organizamos la Lola y listos para la vuelta.

Por la noche, después de descansar un rato, Alberto preparó un asado y seguimos charlando sobre la actualidad latinoamericana hasta que nos cayó el cansancio de todo el día.

 

Día de pesca y noche de asado, ¿qué más se puede pedir?

 

 

David

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